La obra de Dios en nuestros corazones, si lo dejamos actuar, ¡es perfecta! Cuando le conocemos y RECONOCEMOS en lo cotidiano, nos damos cuenta que Él nos llena de detalles, aunque no lo notemos... Hace un tiempo, me encontré con una imagen que me llamó mucho la atención, la guardé en mi celular y después de unos días decidí leerla...

"Todos hemos pasado por esos momentos en el que pensamos que estamos haciendo todo bien, que nos esforzamos por hacer las cosas de la mejor manera pero simplemente sucede todo lo contrario, entramos en estado de desesperación, aburrimiento, pérdida de fe, desánimo y muchas cosas que hacen que nuestro rumbo se va totalmente oscurecido por todo ese negativismo que nos gana, llegamos al punto de decir 'Basta ya, Señor. Quítame la vida' tal como dijo Elías; en ese momento vemos todo perdido y nos dejamos vencer.
En caso de Elías, un ángel llegó a decirle que se levantara y comiera, él hizo lo que el ángel le mandó, pero se volvió a dormir, por lo que el ángel lo tuvo que volver a despertar y le dijo que comiera y bebiera ya que le esperaba un gran camino, después con la fuerza de los alimentos, Elías recorrió cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
Podemos repetir la historia de Elías, pero muchos de nosotros nos quedamos dormidos en la desesperación, la venganza, el aburrimiento, la conformidad y nos acomodamos en aquello que se nos hace "más fácil" y es precisamente porque no tomamos ese alimento que el Señor nos da todos los días, podemos ver ese pan como lo más maravilloso del mundo pero si no hacemos uso de él, si no lo tomamos, es totalmente inútil para nosotros porque de nada sirve tener una comida si la mantenemos todo el tiempo en el refrigerador y no lo sacamos por miedo a que se arruine.
Decía San Pablo que todo lo podemos en Cristo que nos fortalece pero no podemos llegar a Cristo si no damos el primer paso.
Cuando decidimos volver a empezar, de caminar hacia nuestro destino, de olvidar y de hacernos crecer, es cuando Dios se siente orgulloso de nosotros. Dicen que ser cristiano es empezar, volver a empezar y continuar empezando, porque no importa cuántas veces nos caigamos, cuántas veces fracasemos, porque siempre estará ese alimento que nos dará las fuerzas de un león, porque existe alguien que nos acompaña en la guerra que tenemos todos los días, no te desanimes por haberte caído, no te sientas indigno de volver al Señor, siéntate dichoso de ser tan humano y contar con la misericordia de Dios. Levántate, aliméntate con el cuerpo de Cristo y con su paso firme, sigue tu camino, el Señor te seguirá dando su cuerpo para que puedas alimentarte de Él, no desistas y levántate hoy."
¿Has sentido en tu corazón la llamada de Dios? todos debemos ser santos... pero para ser santos no es necesario ser sacerdote, religioso/a y consagrarse totalmente a Dios o hacer grandes cosas... Lo importante es perseverar en el camino que Dios tiene preparado para nosotros, nunca desesperarnos y abandonar el camino; Dios nos ama a cada uno de nosotros como si sólo existiera uno de nosotros.
"Dios te sorprende siempre"
Hermana María Cecilia, dominica contemplativa
La vocación de la Hermana María Cecilia, que tiene ahora 31 años y es la chófer oficial del convento para ir a hacer la compra o al médico o el aeropuerto a recoger a quienes acuden a verlas, fue muy distinta. En 2007 se acababa de graduar en una escuela de negocios y tenía un trabajo agradable y bien pagado. "La vida religiosa no estaba en mi radar, pero me sentía totalmente miserable y recuerdo que le preguntaba a Dios qué debía hacer", recuerda. Un encuentro casual la llevó una noche hasta el locutorio del monasterio, donde hablando con la Hermana María Catalina comprendió que su vocación era contemplativa y se echó a llorar. "La vida contemplativa me ha dado más de lo que podría imaginar. Dios te sorprende siempre", confiesa.Un ejemplo de santidad para los llamados al matrimonio, son los padres de Santa Teresita del Niño Jesús; Celia Guérin y Luis Martin un matrimonio santo.

Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz, monja carmelita de Lisieux, Francia. Historia de un alma, biografía de Santa Teresita de Lisieux
Alabemos al Señor con nuestras vidas, viviendo a ejemplo de Nuestro Señor Jesucristo; busquemos la santidad, ofreciendo al Señor los pequeños sacrificios cotidianos. Alabado sea Jesucristo!
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